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Vivienda cerrada, ¿es mejor dar de baja la luz o bajar la potencia?

Vivienda cerrada, ¿es mejor dar de baja la luz o bajar la potencia?  

Al dejar una vivienda, bien porque sea una residencia vacacional como para alquilarla de vez en cuando, aflora la indecisión de si es más apropiado el dar de baja el suministro eléctrico mientras permanece deshabitado el inmueble o simplemente con una bajada de potencia será suficiente ahorro energético para nuestros bolsillos.

Según los datos del Censo de Población y Vivienda, de noviembre del 2011, solo en las capitales de España, Madrid y Barcelona, se concentran alrededor de 3.4 millones de pisos vacíos. En este sentido, el gasto de mantenimiento de tales viviendas, pese a que permanecen cerradas, son, a menudo, superiores a los de cualquier piso habitado. Otras ocasiones, las unidades familiares se pueden ver envueltas en ruinas económicas a causa del desembolso que pueden generar las casas sin personas dentro y con los suministros activos.

La alternativa más lógica sería dar de baja el gas propano, gas butano, gas natural o cualquier tipo de instalación contratada, como el agua caliente sanitaria o el sistema eléctrico. Sin embargo, si los suministros se mantienen en alta con una mínima de potencia eléctrica contratada, el coste a desembolsar de consumo mínimo en el hogar es menor para las compañías suministradoras. Por consiguiente, ambos presentan beneficios que pueden contrarrestar más o menos a la economía personal.

De todas maneras, se trata de una decisión que se debe pensar en prospectiva, es decir, en el futuro uso del inmueble. Quizás, si la vivienda queda vacía durante un corto periodo de tiempo, por ejemplo, un año o menos, no conviene volver a contratarlos todo el tiempo, pues el proceso no es gratuito y conlleva una serie de documentos a aportar que restan tiempo y dinero innecesario a los usuarios. Por otra parte, se debe considerar que la valía mínima por proveer todos los abastecimientos operativos básicos en una vivienda deshabitada puede elevarse a los 450 euros anuales.

¿Qué compensa más?

Para la electricidad no es conveniente que se prescinda del suministro eléctrico pese a que el piso permanezca durante, incluso, una larga temporada deshabitado. Al contratar de nuevo la tarifa eléctrica, los gastos por dar de alta el servicio pueden ser incluso mayores, si se dispone de una instalación anticuada. El concepto de reenganche ascendería a una cifra bastante elevada.

Y si, además, con la electricidad se consigue tener agua caliente y calefacción, de tal manera que no se deban contratar de forma independiente, una sola factura es la que va a cubrir todos estos gastos. Por lo tanto, lo mejor sería entonces bajar la potencia eléctrica contratada hasta los mínimos posibles porque, en el caso de que rescinda el contrato y toque renovarlo, el coste sería de unos 55 euros porque, si se vuelve a dar de alta el suministro, se cambia la potencia eléctrica y el gasto aumenta hasta ser como si se tratase de una instalación de nueva obra.

En cuanto al agua, por otra parte, el importe mensual estima los 12 euros, IVA incluido. Para que el suministro vuelva a darse de alta, un revisor debe acudir al domicilio para medirla y, a las 24 horas, se puede o no tener suministro, dependiendo si se ha aprobado el examen. Como se trata de un contrato indefinido, puede revocarse en cualquier momento.

De esta manera, los hogares deben de tener en cuenta y valorar si compensa pagar una cuota todos los meses fija o rescindir y contratar cada cierto periodo de tiempo el contrato de agua.

En cuanto al gas, la cuota para activar su suministro por primera vez es de unos 70 euros, tal y como dispone la normativa que regula los costes de los servicios. No obstante, reenganchar el servicio, es decir, volver a darlo de alta, supone un abono del doble de la cantidad inicial, esto es, 140. Por lo tanto, es probable que una bajada de potencia eléctrica compense más.

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